Thursday, January 23, 2014

Una vida de decisiones para pensar

El otro día me encontré con Gelán. Gelán es un buen ¿amigo? Dicen que amigos hay pocos... Yo considero amigo a quien no me ha fallado nunca, y por lo que sea, él no lo ha hecho. Nos conocemos hace seis o siete años, en los que no es que hayamos coincidido mucho por ahí, pero las veces que lo hicimos, siempre ha habido una buena conexión, es de esa gente que me agrada (me encanta decirlo: “m’agrada”, como en catalán). Me siento a gusto charlando con él, es una persona de la que se puede extraer una buena conversación, de la clase de charlas que dejan una sonrisa en la tarde.
Pues bien, hoy hablábamos de decisiones, de la facilidad que tenemos –un*s más que otr*s- para escoger el mal camino, o el camino fácil (que dicen algunos). Y me vino a la cabeza un ejemplo inmediato: Cuando lo encontré me invitó a una cervecita, y al aceptar sabía que iba a tener bronca en casa. Tan sencillo como eso: Decir “ahora no puedo” y quedar bien en casa o tomarla y pasar el resto del día oyendo reproches que, por cierto, probablemente hubiesen existido igual, por otro motivo cualquiera, aunque no me hubiese parado con él.
El caso es que te paras a pensar en pequeñas decisiones aparentemente inocentes que tomas en la vida. Escoger a estas o aquellas amigas en el parvulario, parar en tal o cual bar al salir del trabajo, etc., son cosas de las que nadie espera grandes consecuencias. Pero si escoger a tal grupo de amigas con cuatro años supone que conozcas al primo de una de ellas que tiene otro amigo en su colegio que te presentan cuando estás en el instituto, y sales con él pero lo dejas por su hermano, que es más simpático y en la universidad te enamoras de su compañero de piso, con el que te casas... No depende esa boda en última instancia de que hayas escogido con 4 años quedarte con esas amigas, y de salir de fiesta con el grupo del primo de una de ellas (y no con otro/s grupos) y de decirle que sí como primer novio al amigo del primo y de haber dado el paso de dejarlo por su hermano, etc.?
Y como este ejemplo simplón, tantas cosas en la vida!

O no?

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