Friday, January 10, 2014

De la doctrina Parot y otras aberraciones

Hace un par de meses que está el país en pie de guerra por la revocación de la doctrina Parot, ordenada desde el tribunal de Estrasburgo.
El estado español (la justicia, manipulada por el gobierno, ríete tú de la separación de poderes) aplicó una “ley” que se sacó de la manga para que cierta gente (la que a ell*s le interesaba) no saliese de prisión al cumplir el tiempo que el código penal marca. Y cómo se hace para mantenerlos/as presas? Pues se inventa uno la doctrina Parot, llamada así por el primer “pringao” que la vivió en sus carnes.
Como estado moderno y democrático, se ha de procurar seguir las normas beneficien a quien beneficien. Si algo parece injusto, habrá que analizarlo y corregirlo. Ahora bien, hace varios siglos que la cárcel está planteada en las sociedades avanzadas como un lugar para reeducar (suena raro, muy 1984, pero no va por ahí). Se trata de reinsertar a las personas que se equivocaron. Si después de 20 años no se ha podido conseguir con -por ejemplo- Miguel Ricart, es que algo ha fallado en esa prisión, o en todas, si cada persona que es/va a ser puesta en libertad a raíz de la sentencia de Estrasburgo va a continuar la trayectoria que llevaba antes de su ingreso en la cárcel.
Si no hablamos del sistema, si no hablamos de una posible reincidencia como centro de las quejas de la población, de qué estamos hablando?
Estamos hablando de venganza? Cuánto tiempo hace que no se tortura y ejecuta públicamente a los reos? De verdad queremos volver a eso?
Vergüenza me da leer y ver y oír que son periodistas, quienes piden venganza, quienes “encirran” (en español sería azuzan, creo) a la población para que pidan que todas esas personas no salgan de la cárcel, que cumplan condenas imposibles o incluso que cumplan lo que ya han terminado de cumplir.
Aquí el máximo está en 30 años. Antes de la última reforma del Código Penal, al cumplir dos tercios podían salir. A esas personas no les afecta la reforma conocida como “Doctrina Parot”. No se puede aplicar retroactivamente algo que perjudica a la persona, que restrinja un derecho individual (lo dice la Constitución en su artículo 9 (9.3), no me lo invento).
Se han saltado la ley y la constitución, pero la gente pide que sigan saltándosela, que cumplirla les parece injusto. Pues luego que no se quejen cuando nos sigan quitando derechos, porque si apoyan una trampa, no han de sorprenderse de que se las hagan a ellos/as después.
Así lo veo yo. Puede ser que esté equivocada, pero lo que tengo muy claro es que la ley está para ser cumplida, mal que me pese en algunos aspectos. Eso sí, si acepto lo que me conviene, también he de aceptar lo que no me gusta, y si algo -vuelvo al principio- no nos gusta, el camino correcto es cambiarlo a través de los medios legales de que disponemos. Un estado que se salta la ley no puyede llamarse a sí mismo estado de derecho, ni democrático, ni nada.

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